Mientras en el país cerraron 16 mil kioscos en el último año, en Mendoza los comerciantes aseguran que siguen luchando. Apuestan al turismo, la atención personalizada y descartan cerrar a pesar de la baja en el consumo y el aumento de gastos.
Según afirmó la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKR) en el último año se cerraron 16 mil kioscos en el país. Ante este panorama el Post salió a las calles del Centro para averiguar cuál es la situación en Mendoza.
En La Nación, UKR afirmó que se registró “una reducción del 15%, en la última década”. Sin embargo, el panorama en la provincia es diferente. Todos los negocios consultados por este diario dieron por descartada la opción de cerrar el negocio.
Ventas bajas y turismo como esperanza
Uno de los kiosqueros ubicados cerca de Plaza Independencia señaló que el consumo bajó considerablemente en los últimos meses. Aun así, destacó cierta estabilidad debido a que los precios dejaron de aumentar con la misma frecuencia que antes: “El dinero no alcanza, pero los precios no aumentan como antes”. En la misma línea, otro comerciante explicó que las vacaciones de invierno fueron flojas por la falta de turistas, aunque con el regreso a clases las ventas repuntan levemente. “Han incrementado un poquito”, dijo, con expectativa puesta en la llegada de turistas desde Buenos Aires.

Otra trabajadora con 12 años en el rubro contó que mayo y junio fueron meses tranquilos, pero en julio se notó un repunte gracias al movimiento turístico. Otro comerciante de la zona coincidió: “Ha bajado el consumo, indudablemente, pero apostamos al turismo, que en esta zona es fuerte”.
Costos fijos y presión impositiva
El mayor desafío, coincidieron los kiosqueros, son los costos fijos. “El problema grande son los alquileres. Cuando toca renovar, ahí se va todo”, explicó uno de ellos. A eso se suman gastos como la luz y otras boletas que dificultan cerrar el mes con ganancias. “Cuesta más que antes por el tema de los impuestos”, resumió otro.

Competencia, atención y supervivencia
Todos los entrevistados mencionaron la alta competencia en el rubro, con muchos kioscos concentrados en pocas cuadras y la presencia creciente de franquicias. “Hay demasiados kioscos, pero el secreto está en ofrecer buena atención, muchas horas y variedad. La persona que entra, algo va a llevar”, dijo uno de los comerciantes de calle Sarmiento.
A pesar de las dificultades, ninguno se plantea bajar la persiana. “Gracias a Dios, no hemos pensado en cerrar”, repitieron. “Hay que lucharla. Rendirse nunca ha sido una opción”.