Los especialistas aseguran que el consumo avanza a pasos agigantados. Recién 7 años después de colocado el plantín comienzan a verse los frutos
El pistacho es muy valorado a nivel internacional. Imagen ilustrativa. Foto: Josue Rosales/Unsplash.
La Asociación Frutos Secos de Mendoza (AFSM) organizó en La Nave Cultural de la Ciudad un encuentro internacional en el que se debatió el futuro de la nuez, la almendra y el pistacho. Este último se posiciona como un cultivo muy promisorio de cara al futuro.
Además, hubo visitas a establecimientos de nuestra provincia y San Juan. El propio director del INTA Mendoza, Claudio Galmarini, le confesó a Pulso Rural que este es el sector más dinámico de la agricultura local.
El encuentro en Mendoza reunió a especialistas nacionales e internacionales para debatir sobre el futuro de los frutos secos.
El ingeniero agrónomo Manuel Viera, coordinador de la Asociación de Frutos Secos, destacó la articulación entre lo público y lo privado. Puso en lo alto a Mendoza como una tierra muy apta para estos cultivos junto a Medio Oriente, Estados Unidos, España, Italia, Grecia y Australia.
Viera explicó que el pistacho necesita buen frío en invierno, calor en verano y escasa humedad. En lo que hace a la nuez, se convirtió en un producto estrella con buenos rindes, calidad, colores y sabores. Para la almendra hay camino por recorrer, ya que la mitad de lo que se consume en Argentina llega desde el exterior.
Una particularidad del pistacho es que hay plantas machos y hembras. El macho poliniza a través del viento y “trabaja” sólo una semana al año
Números muy alentadores
Mendoza tiene mucho para crecer en el sector pistachero. La superficie se multiplicó por treinta y dos: de 31 hectáreas en 2016 llegó a 1.008 hectáreas en el año 2024.
Belén Bobadilla, presidenta de la AFSM, afirmó que la fruticultura necesita un cambio. Aseguró que es necesario compartir la información para generar crecimiento.
“La industria avanza en la robotización, en la mecanización de los cultivos, que van al 2D, es decir en planos compactos, en árboles de menor tamaño que tienden a ser más eficientes. Estamos viendo que va a seguir la sequía, habrá aumentos de temperatura y desplazamiento en las regiones frutícolas. Esto significa que en valles donde había manzanas, se va a dejar de producir. También existe la búsqueda de genética de nuevos portainjertos que permitan adaptarnos a estos cambios“.
Bobadilla agregó que en Argentina y en especial en Mendoza hay un gran camino por recorrer en comparación con Chile. “Ellos tienen 40.000 hectáreas contra 16.000 de Argentina en nogales. Nosotros tenemos 3.600 hectáreas de almendro contra 8.000 hectáreas ya productivas de nuestros vecinos del otro lado de la cordillera”.
El costo para plantar una hectárea de pistacho en Argentina puede variar bastante, pero en promedio se estima que ronda entre U$S3.800 y U$S11.000 dependiendo de los insumos y el tipo de manejo que se elija. El pistacho necesita un riego eficiente.
En los últimos años, este fruto seco se ha convertido en un producto relevante para los consumidores que buscan una alimentación más saludable. Sobre todo para vegetarianos y veganos, por su importante valor proteico.
Algunos testimonios de participantes del Encuentro Internacional
Edmundo Valderrama, ex presidente de Chilenut y asesor de empresas agroindustriales, dijo a Pulso Rural que todos los frutos tienen demanda importante y crecimiento por los valores nutricionales. Remarcó que países con tasas planas demográficas suben el consumo. Destacó a la India, que muestra números muy interesantes y una proyección para destacar, ya que tiene 1.407 millones de habitantes. En el caso de su país, Chile, Valderrama resaltó que los tratados de libre comercio facilitaron muchísimo la salida de productos.
Julián Guerrero Villaseñor, licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Salamanca y doctor en Agronomía por la Universidad Politécnica de Madrid, dice que el pistacho está de moda. Explicó que una particularidad del cultivo es que hay plantas machos y hembras. El macho poliniza a través del viento y trabaja sólo una semana al año. En parcelas pequeñas se necesita un 10% de polinizadores y en las más grandes, el número es menor. Remató diciendo que el consumo de pistacho está creciendo como proteína y no solo como como un snack, sino como alimento.
Gonzalo Sánchez Cañete, ingeniero agrónomo del INTA San Juan, becario del Conicet y especialista en el tema pistacho destacó que la limitante es el agua. De todas maneras, indicó que el pistacho es una planta que aguanta el estrés hídrico, pero eso no implica quedarse dormido frente a los problemas que trae la sequía. El recupero de la inversión recién se produce entre el año 11 y el año 14.