Desde el Ministerio de Producción confirmaron que se realizará un Plan Óptimo de combate contra la plaga.

Lobesia (Botrana) o “polilla de la vid”.

Este jueves, el Ministerio de Producción presentó en la Legislatura provincial su pauta de gastos, en la que se incluyó una importante partida para el combate contra la Lobesia Botrana con recursos provinciales, a pesar de que la legislación nacional vigente establece que Nación debe enviar los fondos para estos trabajos. En concreto, la inversión total estimada es de 15 millones de dólares y será abonado íntegramente por la provincia.

La plaga ingresó a Mendoza el año 2012, pero recién se comenzó a tratar en el 2016 con un primer “Plan Óptimo“. El resto de los años se realizaron trabajos de control.

El secretario de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo, confirmó que desde el Gobierno nacional no compartirán recursos y que la provincia se hará cargo de los fondos correspondientes.

“Hay una ley que establecía aportes de la Nación. La Nación ya desde hace tiempo no hace los aportes que debería hacer. Vitivinicultura hay en 18 provincias argentinas.  Las plagas no entienden de límites. Nosotros le pedimos al Senasa hacer una campaña nacional involucrando a las 18 provincias, que el organismo rechazó señalando que no tenía fondos. Nosotros, como Mendoza, no íbamos a dejar a nuestros productores sin la atención del Estado, afirmaron.

Si bien se trata de un plan que se desarrollará durante los tres años, hay detalles de como será el trabajo durante la próxima temporada, que esta dividida en tres etapas.

La primera prevé la colocación de difusores de feromonas en 50.000 hectáreas de viñedos con niveles medios y altos de presencia de la plaga. Este método, ya probado en campañas anteriores, busca alterar el apareamiento del insecto y reducir la población sin afectar otros organismos.

En una segunda fase se implementarán aplicaciones aéreas con productos registrados en Senasa, correspondientes a la categoría IV o Banda Verde, sobre 180.000 hectáreas. El pliego incluye la contratación de aeronaves para los oasis Norte y Este, con el objetivo de garantizar una distribución homogénea y mejorar la trazabilidad de los caldos utilizados. En zonas donde las aeronaves no puedan operar, las aplicaciones se realizarán con drones.

La tercera etapa apunta a 47.500 hectáreas, incluidas 7.500 bajo producción orgánica, donde se utilizarán insecticidas específicos y de bajo impacto ambiental. Este segmento está destinado a áreas donde no es viable aplicar tratamientos aéreos, por razones geográficas o de infraestructura.

Además, se incorporarán feromonas asperjables para el manejo de la segunda generación de la plaga, cubriendo 70.000 hectáreas. Su aplicación se definirá según la evolución poblacional del insecto y podrá realizarse mediante drones o aeronaves. Para completar el esquema, se prevé la adquisición de trampas e insumos de monitoreo que permitirán evaluar en tiempo real la efectividad de las intervenciones a lo largo de toda la campaña.

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