El 45% de las industrias pyme dice que se siente amenazada por la importación. Afirman que el combo de apertura con retraso del dólar perjudica el empleo.

El 33% de las pequeñas y medianas empresas (pymes) industriales perdió mercado a manos de productos importados durante el segundo trimestre con relación al período anterior, según revela el ultimo reporte de la Fundación Observatorio Pyme.
El estudio realizado a 407 empresas representativas del complejo industrial indica que la cantidad de pymes que percibe amenaza importadora subió al 45%, lo que representa el nivel más alto desde 2007, mientras que el 33% afirma que perdió mercado, la segunda marca más importante desde el primer trimestre de 2017.
Al mirar por sectores, el 51% de las empresas textiles y calzado resignó mercado; el 42% de la metalmecánica; el 37% en caucho y químicos; 31% en muebles y madera y 10% en el sector de alimentos y bebidas.

El 73,3% de las empresas tienen como principal a China la principal amenaza, seguida por Brasil, con el 16,6%. En tanto, el 45% cree que los importados compiten deslealmente, el 35% dice que los productos extranjeros o cumplen con normas técnicas y el 17% denuncia contrabando.
Como resultado, el reporte indica que la ocupación de las pymes industriales bajó 4,7% en el segundo trimestre respecto del mismo período del año pasado, lo que marcó 9 trimestres de caída. En promedio, el 25% de las empresas dijo que disminuyó su planta de personal.
Según consideró el titular del FOP, Federico Poli, a Ámbito, la mayor presencia de importados en el mercado local es el resultado de “un cambo de facilidades para importar, un tipo de cambio que parece estar atrasado, suba de tasas de interés y falta de crédito”.
Poli consideró necesarios los cambios en la economía, pero indicó que “esto te vino de un día para el otro”. “Te cambian todo el todo el escenario en el que te movés. Entonces no te queda otra que empezar a importar”, indicó al detallar la mirada del empresario.
Los datos oficiales del INDEC revelan que “las importaciones de junio alcanzaron un total de u$s6.370 millones, lo que representó un incremento interanual de 35,9%. Este crecimiento se atribuye a un aumento de 53,2% en las cantidades y a una disminución en los precios de 11%.
Cuando se analizan las importaciones por uso económico Bienes de consumo es el 14% casi el doble de año pasado, que era 8%. Piezas y accesorios representan el 19%; bienes intermedios 33%; combustibles y lubricantes 5,1% y bienes de capital, 19%.
Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) comentaron que “la industria enfrenta una suba en los costos internos que tiene un impacto negativo en la competitividad de la producción nacional, junto con un menor nivel demanda interna principalmente por una mayor competencia frente a la importación de bienes terminados”. “Durante el primer semestre del año, las importaciones de bienes de consumo alcanzaron los u$s5.268 millones de dólares. Esto marca una suba del 32% contra 2023, cuando la producción industrial registró una caída de 10% en el mismo período”, detallaron desde la central fabril.
Empresarios textiles en alerta
Luciano Galfione, presidente de la Fundación Protejer aseguró que en el sector textil “el 70% del mercado es importado”, aunque aclara que históricamente fue el 50%. “Había también un relato en algún momento que decía que no entraban importados y no es así”, aclaró.
Galfione dijo que con relación al 2023 “cerraron unas 300 empresas” textiles. “Lo que pasa es que le bajamos impuesto a los chinos que viven a 20.000 kilómetros y se los subimos al que produce acá, porque cada vez que el dólar sube menos que la inflación eso implica que los impuestos que pago suben en moneda dura”, señaló.
El empresario explicó que la crisis de los textiles se debe a que “el ingreso disponible de los asalariados es menor” porque, si bien sube ahora, se destina a pagar más por el colegio de los hijos y la medicina prepaga”. Por otro lado, hay más importados. Con relación a los precios, explicó que “bajan en el margen y no es por la competencia de los importados, sino por la necesidad de rotar la mercadería”. Es decir, las empresas rebajan para sacarse de encima stocks.
Marcelo Fernández es presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) y titular de la fábrica de cierres Lynsa señala que “al querer bajar la inflación, el Gobierno facilitó importaciones, sacando medidas, protecciones y controles que teníamos, y eso hizo que los precios fueran a la baja”.
“Ahora esto se tornó peligroso porque, con la baja del consumo, la industria ha tenido una considerable pérdida de mercado, y esto llevó a suspensiones, adelantos de vacaciones y despidos”, explicó.