
Además, los últimos acontecimientos de violencia con la presunta participación de las fuerzas ruandesas apoyando a los rebeldes del este congoleño reactivan la posibilidad de un conflicto regional de consecuencias incalculables, advierte el responsable de las operaciones de paz, urgiendo al Consejo de Seguridad a actuar para frenar la escalada.
La República Democrática del Congo (RDC) afronta una crisis que podría agudizarse peligrosamente y derivar en una fragmentación progresiva del país y un nuevo ciclo de inestabilidad regional, advirtió este viernes el responsable de las operaciones de paz de la ONU ante el Consejo de Seguridad.

En una sesión previa a la renovación del mandato de la Misión de las Naciones Unidas en ese país africano (MONUSCO), Jean-Pierre Lacroix informó sobre los últimos acontecimientos en Kivu del Sur, donde la ofensiva del movimiento rebelde AFC/M23 y la toma de Uvira el 9 de diciembre habrían contado con apoyo del ejército de Ruanda.
Estos hecho han reactivado “la posibilidad de un conflicto regional de consecuencias incalculables”, alertó, y refirió que esas hostilidades estallaron apenas días después de la firma de los Acuerdos de Washington entre la RDC y Ruanda, lo que ilustra la brecha entre los avances diplomáticos y la realidad de la población civil.
Riesgo de fragmentación y escalada regional
Lacroix argumentó que la expansión territorial del AFC/M23, el establecimiento de administraciones paralelas y el debilitamiento del Estado en zonas estratégicas fomentan una dinámica “que amenaza directamente la unidad, la soberanía y la integridad territorial” congoleñas.
Además, destacó que se observa una regionalización creciente del conflicto, con implicación directa o indirecta de actores armados de países vecinos y desplazamientos transfronterizos de civiles y combatientes
El secretario general adjunto explicó que estas tendencias combinadas incrementan dramáticamente la posibilidad de un estallido regional que desborde el este de la RDC y afecte a toda la región de los Grandes Lagos.
“Los recientes acontecimientos plantean un grave riesgo”, afirmó, llamando al Consejo de Seguridad a actuar para evitar una degradación aún mayor.
Pese a los avances diplomáticos, la paz sigue en entredicho
Lacroix recordó que, hasta hace pocas semanas, se habían registrado señales alentadoras de una distensión: el Acuerdo-marco de Doha del 15 de noviembre, el mecanismo conjunto de vigilancia del cese al fuego del 14 de octubre y los Acuerdos de Washington. La reanudación de las hostilidades amenaza, no obstante, con derribar esos esfuerzos.
“Las persistentes violaciones al alto el fuego pueden derrumbar las negociaciones diplomáticas en curso”, apuntó.
Asimismo, subrayó el creciente desfase entre los compromisos políticos y su implementación. Sin medidas inmediatas que obliguen a las partes a respetar los pactos, las dinámicas del conflicto podrían cercar de nuevo el espacio para el diálogo, dijo.
