Científicos descubrieron que, además de ser el motor del cuerpo, tiene papilas gustativas que pueden influir en la frecuencia cardíaca y su fuerza de contracción. Cómo cambiaría el hallazgo la relación entre la dieta y la salud cardíaca
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Científicos descubren que el músculo cardíaco posee receptores del sabor dulce similares a los de la lengua (Imagen Ilustrativa Infobae)
Durante años, los receptores del gusto se asociaron exclusivamente con la lengua. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad Loyola de Chicago identificó estos receptores en un lugar insospechado: el corazón.
Los investigadores hallaron que las células musculares cardíacas contienen receptores del sabor dulce, conocidos como TAS1R2 y TAS1R3, los mismos que permiten percibir lo dulce en la lengua.
Este hallazgo se suma a la creciente evidencia de que los receptores gustativos no solo se encuentran en la boca, sino en distintas partes del cuerpo, como el páncreas, el cerebro y los testículos. Aunque en estos órganos no desempeñan una función gustativa, sí parecen intervenir en la detección de nutrientes y la regulación de procesos fisiológicos clave.
¿Cómo afectan estos receptores al ritmo cardíaco?
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El corazón no solo bombea sangre: ahora se sabe que también “saborea” lo dulce (Imagen Ilustrativa Infobae)
El estudio reveló que los receptores TAS1R2 y TAS1R3 en el corazón no solo están presentes, sino que son funcionales. Al ser estimulados, modulan el ritmo cardíaco y aceleran la manipulación del calcio dentro de las células musculares del corazón, un proceso esencial para su contracción y relajación.
“Se demostró que, después de comer, la frecuencia cardíaca y la presión arterial aumentan”, explicó Micah Yoder, estudiante de posgrado en el laboratorio de Jonathan Kirk en la Universidad Loyola de Chicago. “Anteriormente, se pensaba que esto se debía a señales nerviosas, pero estamos proponiendo un mecanismo más directo: cuando los niveles de azúcar en sangre aumentan después de comer, estos se unen a los receptores de sabor dulce en las células cardíacas, afectando su ritmo”.
Este descubrimiento plantea una pregunta intrigante: ¿hasta qué punto lo que una persona come influye en el comportamiento del corazón de formas que aún no comprendemos?
El papel de los edulcorantes en el corazón
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El consumo de edulcorantes artificiales como el aspartamo podría afectar directamente el funcionamiento del corazón (Imagen Ilustrativa Infobae)
Uno de los experimentos clave del estudio consistió en estimular los receptores del gusto dulce en células cardíacas con aspartamo, un edulcorante artificial común.
Los resultados fueron sorprendentes: la estimulación produjo un aumento en la fuerza de contracción del músculo cardíaco y una mayor velocidad en la manipulación del calcio dentro de las células.
Sin embargo, los investigadores también detectaron un posible riesgo. Descubrieron que la sobreestimulación de estos receptores con edulcorantes artificiales como el aspartamo aumentaba la actividad arrítmica en las células cardíacas, lo que sugiere una posible relación entre el consumo excesivo de edulcorantes y problemas de ritmo cardíaco, como la arritmogénesis.
Este hallazgo podría explicar los estudios epidemiológicos que vincularon el consumo frecuente de bebidas endulzadas artificialmente con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Receptores del sabor dulce e insuficiencia cardíaca
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Los pacientes con insuficiencia cardíaca presentan mayor cantidad de receptores del sabor dulce en el músculo cardíaco (Imagen Ilustrativa Infobae)
Otro dato revelador fue la observación de que los receptores del sabor dulce son más abundantes en los corazones de pacientes con insuficiencia cardíaca. Este descubrimiento sugiere que el corazón podría modificar su capacidad de detección de nutrientes en respuesta a la enfermedad.
“Durante la insuficiencia cardíaca, el corazón cambia su panorama energético y prioriza la captación y el uso de glucosa”, explicó Yoder. “Es posible que durante este proceso, el corazón incremente su expresión de receptores del sabor dulce para adaptarse a este cambio metabólico”.
Este dato abre una nueva línea de investigación sobre si estos receptores podrían ser un objetivo terapéutico para fortalecer el músculo cardíaco en pacientes con insuficiencia cardíaca.
Mecanismos moleculares detrás del hallazgo
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La estimulación excesiva de los receptores del sabor dulce en el corazón podría aumentar el riesgo de arritmias (Europa Press)
Para comprender cómo estos receptores afectan la función cardíaca, los investigadores analizaron las proteínas involucradas en su señalización. Descubrieron que la estimulación de los receptores TAS1R2 y TAS1R3 activa la proteína Gαq, que juega un papel clave en la regulación del flujo de calcio dentro de las células cardíacas.
También identificaron cambios en proteínas esenciales para la contracción muscular, como la calsecuestrina, la proteína quinasa II dependiente de calcio/calmodulina y la proteína uniportadora de calcio. Estos hallazgos sugieren que los receptores del sabor dulce en el corazón están directamente involucrados en la fisiología cardíaca normal y podrían desempeñar un papel en la insuficiencia cardíaca.
¿Cómo cambia en la comprensión del corazón?
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La investigación sugiere nuevas estrategias para el tratamiento de enfermedades cardíacas basadas en la detección de nutrientes (Imagen Ilustrativa Infobae)
Este descubrimiento desafía la visión tradicional del corazón como un órgano puramente mecánico. Al revelar que posee sensores de nutrientes similares a los de la lengua, el estudio sugiere que el corazón es más adaptable de lo que se pensaba y que responde directamente a los cambios en la dieta.
Sin embargo, aún quedan muchas preguntas por responder. Los investigadores advierten que se necesitan más estudios para comprender completamente los efectos a largo plazo de la activación de estos receptores y determinar si podrían utilizarse como un nuevo enfoque terapéutico para enfermedades cardíacas.
Mientras tanto, estos hallazgos refuerzan la importancia de la alimentación en la salud cardiovascular y plantean un nuevo campo de estudio sobre la relación entre lo que comemos y el funcionamiento del corazón.
El hallazgo de receptores del sabor dulce en el corazón no solo abre una nueva ventana al entendimiento de la función cardíaca, sino que también plantea interrogantes sobre el impacto de nuestra dieta en el sistema cardiovascular. ¿Podrían estos receptores explicar por qué ciertos alimentos afectan el ritmo cardíaco? ¿Es posible diseñar estrategias terapéuticas basadas en su regulación?
Lo que está claro es que el corazón, además de latir sin descanso, también “saborea” lo que comemos, y sus respuestas pueden ser más importantes de lo que jamás imaginamos.