Especialistas señalan que los padecimientos mentales inician a edades más tempranas, pero muchas veces no se pide la asistencia necesaria.

Según expresó Manuel Vilapriño, director de Salud Mental de Mendoza, aproximadamente el 50% de los pacientes que inició un tratamiento psiquiátrico deja de tomar su medicación, a pesar de no contar con la indicación médica para hacerlo.
Poniendo sobre la mesa los factores que determinan la interrupción, hay dos aspectos determinantes: el económico, ya que los tratamientos pueden ser muy costosos; y la percepción inicial de bienestar, en la que ante una sensación de mejoría, el paciente abandona sus consultas.
Actualmente, los padecimientos mentales no distinguen edades. Incluso, los mismos empiezan a verse en edades más tempranas, siendo los cuadros de ansiedad los predominantes en los más chicos.
Por qué puede ser peligroso frenar el tratamiento
“La tendencia al abandono es frecuente. Cerca del 50% discontinúa la medicación. El tratamiento implica un abordaje que tiene que ver con cuestiones metabólicas, biológicas y químicas. Dejar la medicación podría llevar a la desregularización de los síntomas o transformar a las enfermedades en resistentes o más agresivas“, señaló Vilapriño en diálogo con LVDiez.
Por esto, el director de Salud Mental resaltó la necesidad de reforzar la “psicoeducación”, en donde se trabaja no solo con el paciente, sino también con su entorno para explicar qué significa un trastorno mental y lo que implica el tratamiento.
En esta línea se expresó el médico psiquiatra Sebastián Dalla Torre (Mat. 7677), quien manifestó que las consecuencias de abandonar el tratamiento variarán según el diagnóstico, pero también habló de la importancia de la psicoeducación.
“Antes de hacer una prescripción, hay que inducir un aprendizaje en el paciente, o en el caso de un niño, en los padres o representante legal. Instruirlos de las consecuencias, de lo que va a tomar, de qué se espera que produzca, cuáles son los beneficios, las desventajas, los riesgos, todo el mayor conocimiento que le puedas brindar. El paciente, con ese conocimiento, puede incluso también abandonarlo, o no iniciarlo, pero una vez que lo inicia, tiene mucha más seguridad“, apuntó el especialista en diálogo con El Sol.
El “costo” de la salud mental
Desde marzo de este año, el honorario mínimo fijado por la Asociación de Psiquiatras de Mendoza (Apsim) es de $39.200 para adultos y $48.200 para niños y adolescentes. Los valores pueden ser más elevados, según el especialista.
Esto, sumado al precio de la medicación, puede ser uno de los factores que lleven al paciente a abandonar su tratamiento.

“La realidad económica impacta. El costo de los tratamientos hace que muchas veces se tienda a abandonarlo. Las obras sociales por ahí no dan respuestas, no dan cobertura, los sistemas de salud no dan respuestas acordes y bueno, ese es un gran factor de abandono“, afirmó Dalla Torre.
Creer que los beneficios de dejar la medicación superan los riesgos de no tomarla, es otra de las causas de interrupción.
“Lo que tiende a pasar en salud mental es que ante las mejoras iniciales, se tiende a sentir que ya no se necesita. Hay una necesidad de no depende de algo, por ejemplo, de un fármaco. El paciente normalmente te pregunta si ya lo puede dejar“, agregó.
La importancia de detectar a tiempo
Los trastornos mentales puede iniciar a cualquier edad, por eso es crucial estar atentos a los cambios que pueda presentar la persona: retraimiento, cambios en la personalidad, notar que ya no disfruta las cosas, son algunas de las señales de alerta.
“Mientras más rápido se detecte, más rápido repuntará“, aclararon desde Salud Mental. Por ello, los especialistas piden hacer las consultas correspondientes, ya que todo lo que no se guarda o no se habla resulta prejudicial y puede terminar siendo una bomba de tiempo.