Bangkok, 18 sep (EFE).- Las tensiones entre Tailandia y Camboya se han reavivado esta semana, a raíz de que el Ejército tailandés dispersara con gases lacrimógenos y balas de goma a ciudadanos camboyanos en una zona fronteriza, dos meses después de que ambos países mantuvieran un enfrentamiento armado que dejó medio centenar de muertos.

El Ejército de Tailandia admitió este jueves en un comunicado haber empleado «en defensa propia» gases lacrimógenos y balas de goma, cuando varios camboyanos «mostraron un comportamiento agresivo» y «estaban armados con palos largos de madera (…), intentando atacar a las autoridades tailandesas».
Nom Pen denunció el miércoles que las fuerzas de Bangkok hirieron a 23 civiles en el incidente, que tuvo lugar esta semana, con fecha incierta, y que según la parte tailandesa se produjo porque «aldeanos camboyanos llevaban mucho tiempo viviendo ilegalmente» en territorio de su soberanía.
El primer ministro camboyano, Hun Manet, envió la víspera una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, en la que indicó que los recientes acontecimientos «representan una grave amenaza para la paz y la estabilidad entre las dos naciones y de la región en general» y denunció que Tailandia pretende «utilizar la fuerza para apoderarse de territorio».

Imágenes compartidas por el Ejército tailandés de lo sucedido muestran cómo decenas de camboyanos, entre ellos varios monjes, se enfrentaron con las fuerzas del país vecino en una zona boscosa en la que se erigen barricadas de neumáticos.
El episodio, que se produjo en un área cuya soberanía se disputan las dos naciones, se suma a otros, como explosiones de minas terrestres, registrados después de que el 29 de julio entrase en vigor el alto fuego acordado por ambas partes.
El pacto para que cesaran las hostilidades llegó tras cinco días de contienda en varios puntos de la divisoria que comparten Bangkok y Nom Pen, de aproximadamente 820 kilómetros y cartografiada por Francia en 1907, cuando Camboya era su colonia.
Con uso de cazas F-16 y cohetes BM-21, entre otra artillería, el enfrentamiento se saldó con medio centenar de muertos, varias decenas de heridos y miles de desplazados, y ha sumido a Tailandia y Camboya en un constante intercambio de acusaciones cruzadas.
Los países vecinos arrastran una histórica disputa territorial que supone el principal escollo de sus relaciones bilaterales y que recientemente motivó una crisis política en Bangkok.
El influyente político camboyano Hun Sen filtró una llamada en la cual la ex primera ministra tailandesa Paetongtarn Shinawatra criticaba al Ejército de su país, lo que derivó en la destitución de la mandataria por parte del Tribunal Constitucional el pasado 29 de agosto. EFE