A medida que se acerca el invierno, Ucrania se prepara para una intensificación de los ataques rusos contra su infraestructura energética, en medio del riesgo de apagones y escasez de calefacción.

El sistema energético de Ucrania ha sido atacado 3.000 veces desde el inicio del año, dijo a EFE Volodímir Omelchenko, experto en energía del centro Razumkov, con sede en Kiev.
Aunque aún no alcanzan su punto máximo, los ataques rusos tienen como objetivo la generación y la distribución de electricidad, así como la extracción y distribución de gas, como evidencia el último ataque contra una estación gasística en la región nororiental de Sumi, reivindicado el martes por el Ministerio de Defensa ruso.

Preparados para distintos escenarios
Estos ataques se han intensificado en las últimas semanas, según Serguí Kovalenko, director de la empresa suministradora de energía Yasno.
Tras el ataque contra la central termoeléctrica de Tripillia, en la región de Kiev, la semana pasada, Kovalenko llamó a los consumidores a estar preparados para distintos escenarios.
Muchos ucranianos almacenan baterías externas, teléfonos móviles de repuesto, linternas, velas o generadores y baterías portátiles, recordando las largas horas o días sin electricidad durante el invierno de 2022-2023 y el verano de 2024.
La leña está lista cerca de las casas de campo, a donde se mudaron miles de ucranianos en el peor momento de los cortes de electricidad hace tres años, cuando grandes edificios residenciales en las ciudades quedaron sin calefacción ni electricidad durante días.

Un sistema más resistente
Unos 6 gigavatios de capacidad de generación han sido restaurados desde que los ataques masivos rusos contra el sistema eléctrico destruyeran alrededor de 10 gigavatios en la primavera de 2024, explicó Omelchenko.
Unos 1,5 gigavatios Se han añadido mediante la construcción de plantas eléctricas más pequeñas, lo que dificulta destruirlas en un solo ataque.
Los nueve reactores nucleares que permanecen bajo control de Ucrania, responsables de más de la mitad de la generación eléctrica, estarán listos para la temporada de invierno, señaló Omelchenko.
Al mismo tiempo, el sistema de distribución eléctrica ahora está mejor protegido contra drones y fragmentos de misiles mediante barreras físicas.
Áreas del frente e infraestructura de gas en riesgo
La situación es más complicada en las zonas del frente, atacadas con mayor frecuencia por Rusia.
Los bombardeos en curso contra la infraestructura de gas también buscan “congelar” a los ucranianos dejándolos sin calefacción durante el invierno», subrayó Omelchenko.
Con su propia extracción de gas reducida, las compras en el extranjero están desempeñando un papel importante a la hora de acumular gas para el invierno.
En agosto, la empresa de gas ucraniana Naftogaz recibió un préstamo de 500 millones de euros del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) con este fin.
En este momento, Ucrania avanza hacia tener suficiente gas, afirma Omelchenko, con 11,7 mil millones de metros cúbicos almacenados de los 13,2 que necesita para finales de octubre.
Hacer predicciones se vuelve difícil debido al posible impacto de ataques masivos contra la infraestructura de generación eléctrica, advierte Omelchenko.
«Rusia tiene muchos drones y misiles y será muy difícil proteger todo nuestro territorio», subrayó.
El impacto de los ataques rusos dependerá de la disponibilidad de defensas aéreas modernas y municiones, lo que preocupa en medio de la incertidumbre sobre el apoyo de Estados Unidos.
Que la estación de Tripillia, gravemente dañada en 2024, fuera atacada nuevamente la semana pasada por 19 drones Shahed de largo alcance es preocupante, dijo el diputado Serguí Nagorniak, miembro de la Comisión de Energía del Parlamento, al canal Espreso TV.
«Todo el trabajo de restauración realizado allí en el último año ha sido en vano», lamentó.
Respuesta estratégica
Sin una defensa aérea capaz de proporcionar protección completa, la mejor manera de disuadir nuevos ataques es dejar claro a Rusia que su propio sistema energético será golpeado cada vez con más fuerza como respuesta, recalcó Omelchenko a EFE.
Los ataques en curso de Ucrania contra refinerías clave, terminales y oleoductos ya están afectando el suministro de combustible de Rusia y sus exportaciones vitales, señala el analista, y el impacto aumentará a medida que Ucrania y sus socios inviertan en más armas de largo alcance.