Se trata de Joaquín Alcaraz, quien la rompe en la Sexta División del Tomba y podría emigrar al fútbol de los Estados Unidos. También los quieren varios clubes de Primera División, entre ellos, uno de los cinco grandes.

Alcaraz mide 1,82 y captó la atención de los reclutadores.

Joaquín Alcaraz, un joven arquero mendocino de apenas 17 años y que se transformó en la revelación de la Sexta División de Godoy Cruz, captó recientemente la atención de varios clubes de la Liga Profesional de Fútbol (LPF) y también lo buscan desde el exterior.

Originario de San Carlos, en el distrito de La Consulta, demuestra día a día un compromiso admirable para alcanzar su sueño de su pasión por el fútbol, a pesar de las dificultades que implica viajar diariamente para entrenar en Godoy Cruz. “Viajo cuatro horas y media de ida y otro tanto de vuelta. Es difícil, pero el fútbol es mi pasión”, cuenta el juvenil, quien se define como un arquero de “buena pegada y salidor”.

Desde los 6 años, Alcaraz comenzó a defender el arco en el Club Deportivo El Fortín de pueblo natal, y con el tiempo su talento lo llevó a destacarse en Godoy Cruz, donde actualmente milita en la Sexta División y también hace de sparring de la Reserva.

Su altura de 1,82 metros y sus habilidades bajo los tres palos no pasan desapercibidas, y aunque aún no tiene noticias concretas, varios clubes de Primera División, como San LorenzoBanfield Deportivo Riestra, mostraron interés en sumarlo a sus filas. Incluso, en los últimos días surgió la posibilidad de emigrar al fútbol de Estados Unidos.

A pesar del interés de estos equipos, Joaquín mantiene los pies en la tierra y se concentra en seguir creciendo como jugador. “Jugar en un equipo de Buenos Aires sería buenísimo. No sé nada de que me estén siguiendo, pero ojalá se dé para seguir creciendo. Esta es mi pasión y sueño con ser profesional”, comentó en una charla con Olé.

La historia de Alcaraz es un ejemplo del esfuerzo y la dedicación que muchos jóvenes mendocinos ponen en su camino hacia el fútbol profesional. Su sacrificio diario para entrenar en Godoy Cruz, a más de 100 kilómetros de su hogar, refleja no solo su pasión por el deporte, sino también su deseo de alcanzar metas más altas en su carrera.

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