Las moreras son árboles comunes en el arbolado urbano de la provincia, y muchas de ellas suelen albergar a la cochinilla harinosa, una plaga que, al excretar, impregna de forma pegajosa todo lo que se encuentra debajo.

En varios puntos del Gran Mendoza, vecinos, vecinas y turistas enfrentan una molestia cada vez más frecuente: veredas pegajosas y autos cubiertos por una “sustancia viscosa”. Este inconveniente proviene de los árboles de morera (Morus alba), una especie común en el arbolado urbano de la provincia que puede ser afectada en muchos casos por una plaga difícil de controlar.
Consultadas por el Post, autoridades municipales confirmaron que la principal causa de este problema es la cochinilla harinosa, un insecto que se alimenta de la savia del árbol y excreta un líquido azucarado conocido como melaza. Esta sustancia cae por gravedad desde las hojas y ramas superiores, impregnando todo lo que se encuentra debajo: autos, bicicletas, bancos y principalmente las veredas.
Sin embargo, aunque existen productos para combatir la plaga, se explicó que no se utilizan debido a que “son tóxicos de amplio espectro, lo que implica que también pueden dañar a otras especies beneficiosas“.
Entre las fuentes consultadas, Ivanna Klimisch, ingeniera agrónoma y funcionaria del área de Espacios Verdes de Guaymallén, sostuvo que, por el momento, no es conveniente intervenir, ya que se podría eliminar insectos útiles para el ecosistema.

De esta manera, a pesar del malestar generado en las zonas afectadas por los efectos de la cochinilla en algunas moreras, es probable que las autoridades opten por no implementar un control masivo de la plaga debido a los posibles efectos negativos sobre otras especies.

Según lo informado, los insecticidas utilizados para combatirla, aunque eficaces, no son selectivos y pueden exterminar insectos esenciales, como abejas y otros polinizadores. Por otro lado, en espacios públicos como veredas y plazas, la fumigación a gran escala podría afectar a personas, mascotas y fauna urbana, lo que hace aún más difícil justificar una intervención directa.

De este modo, la molestia que pueden generar las moreras durante la plaga no tendría una solución inmediata según las autoridades consultadas y la convivencia con la melaza representaría, por ahora, un mal menor frente al riesgo de un daño ecológico mayor.
Otros datos
En 2021, la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza implementó a modo de prueba un novedoso método para el control de plagas en su arbolado urbano, conocido como “endoterapia”, a través de la técnica Endoplant.

El sistema consistía en la inyección directa de soluciones terapéuticas o nutritivas en el sistema vascular de los árboles. Fue un método que ya se había utilizado con éxito en varias ciudades de España y que se destacaba por ser seguro para las personas, respetuoso con el medio ambiente y eficaz frente a diversas plagas y enfermedades.

Las primeras pruebas se realizaron en ejemplares seleccionados de espacios como la Nave Cultural y varias plazas emblemáticas de la ciudad, pero sin incluir moreras.
De todos modos, este ensayo representa un antecedente importante en la búsqueda de soluciones sostenibles para el control de plagas en el arbolado urbano, aunque a la fecha no se han reportado avances ni novedades sobre su implementación a mayor escala.