El sentido de pertenencia, la responsabilidad y la experiencia son cualidades que los empresarios priorizan a la hora de brindar los puestos laborales.
Buscar trabajo en Argentina no es una tarea sencilla, menos en el contexto económico reinante, en el que algunas empresas empezaron a tomar medidas drásticas ante el impacto de la recesión provocada por el desplome de la actividad, de cara a un año en el que los economistas esperan un aumento del desempleo .
Los que más afectados se ven son los mayores de 40 años, considerados por el sistema como “incompetentes” para desempeñar algunas funciones. Sin embargo, en los últimos meses se ha observado que varias empresas buscan activamente talentos con más trayectoria para sumarlos a sus filas.
La tendencia se está replicando a nivel mundial y Mendoza no se queda atrás. De hecho, hace unos días, la reconocida cocinera de Cada Día (Canal 9 Televida), Verónica Fernández Dupaus, que además es dueña de tres restaurantes, publicó un aviso solicitando la presencia de mujeres mayores de 50 años o jubiladas para trabajar.
En busca de experiencia y algo más
El aviso publicado por la empresaria tuvo gran convocatoria. Más de 150 postulantes escribieron y lo llamativo fue que en la solicitud se recalcaba que “las mujeres debían tener ganas de trabajar”.
“Convoqué a mujeres mayores porque se sienten activas y poseen una gran experiencia y sabiduría, cualidades invaluables para las organizaciones. La inclusión de las personas mayores en el ámbito laboral no es un impedimento para mí“, sostuvo Dupaus en diálogo con El Sol.
La empresaria tiene sus emprendimientos hace más de 15 años y según contó la mayoría de sus empleados han sido jóvenes por lo que, en la actualidad, tiene ganas de tener gente con experiencia.
“A mis 51 años no quiero maternar a nadie más, sino nutrirme de las capacidades que tiene el otro”, dijo y agregó: “Mi generación es una generación de servicio, de atención, la satisfacción del cliente es lo primero, entonces, esa es la diferencia que noto en primera instancia con la gente más joven. Ojo, no generalizo, también sé de gente joven empática“.
Respecto a la respuesta que tuvo la convocatoria, Verónica Fernández Dupaus se mostró sorprendida, ya que en menos de una semana ha recibido los currículums de más de 150 mujeres para dos puestos laborales ofrecidos.
“Se postularon desde mujeres jubiladas, mujeres profesionales jubiladas, mujeres profesionales en actividad, amas de casa, jefas de hogar. Todas buscan hacer otras actividades“, advirtió.
Los puestos a los que aspiran son: ayudante de cocina, con conocimientos básicos de pastelería, y el otro ofrecimiento es para realizar las degustaciones y brindar la hospitalidad que requiere el restaurante. Los mismos son para desempeñar durante los fines de semana, media jornada.
“Tengo muchos proyectos paralelos y necesito un equipo de trabajo que esté altamente calificado. La idea es sentirme segura de que todo va a fluir sin mi presencia en el lugar“, expresó.
El perfil de mujer que busca la empresaria está vinculado con una trabajadora que posea un grado de madurez que le permita resolver los problemas cotidianos que se pueden presentar.
“Necesito empleadas que vengan a trabajar con alegría, que generen buen ambiente laboral”, cerró.
Los adultos vuelven a cobrar protagonismo
Luego de ser considerados como “trapos viejos” durante muchos años, los mayores de 40 años vuelven a cobrar protagonismo en el mercado laboral. Desde las consultoras explican que mucho tiene que ver con el proyecto de vida que hoy se plantean los jóvenes, en los que priorizan “vivir la vida”.
Si bien existe un estancamiento en las empresas, a raíz de la situación económica, dentro de ese panorama el sector turístico y vitivinícola está teniendo mucha rotación.
“El fenómeno de tomar a mayores de 40 años comenzó a instalarse luego de la pandemia, sobre todo, en empresas de liderazgo y supervisiones. Tiene que ver con que esa generación ofrece estabilidad en los puestos laborales, algo que las nuevas generaciones no, producto de sus cambios de intereses y prioridades“, explicó Federico Azeglio, director regional de Adecco para NOA, Cuyo y Patagonia.
Por su parte, Mercedes Giménez, de G&G servicios profesionales, expresó: “La mayoría de las empresas con las que trabajamos tienen empleados de un rango etario menor de 45 años. Esto se debe a la cultura que tienen las organizaciones. En las que utilizan tecnologías modernas, es posible que aplique mejor un candidato de entre 20 y 30 años. Mientras que en las que realicen trabajos rutinarios, sin tanto uso de nuevas tecnologías, una persona de más de 50 años puede brindarles experiencia, compromiso y sentido de pertenencia“.
Para la empresaria, las distintas generaciones tienen pros y contras. “Lo radical para que haya armonía en el ejercicio del trabajo será delimitar la filosofía organizacional, la misión, visión y valores que darán el panorama para determinar cuál es la mejor edad del candidato a considerar“, cerró.
Una tendencia lenta, pero valiosa
Desde la mirada psicológica esta situación no es más que una segunda oportunidad, sobre todo, para los que se han quedado sin trabajo y necesitan reinsertarse.
“Las empresas están volviendo a contratar a estas personas porque traen la cultura del trabajo desde la permanencia, el hacer una carrera. Esto se contrapone a las nuevas generaciones que permanecen poco tiempo en las organizaciones y en las que el sentimiento de pertenencia no es tan importante como el de gratificación“, explicó la psicóloga laboral, Viviana Imperiale (Mat. 931).
A la hora de elegir a un empleado con o sin experiencia, los empresarios ponen de relieve el sentido de pertenencia que poseen los adultos, lo cual permite la consolidación de las empresas y reduce el nivel de rotación en la planta.
“La permanencia, la experiencia y la capacidad de resiliencia de los adultos mayores hacen que hoy sean muy valorados en el mercado laboral porque no se precipitan, sino que reflexionan, apelan a sus conocimientos previos“, agregó la profesional.
Claramente estas personas tienen que adaptarse, adquirir nuevos conocimientos, tecnologías, modalidades y no todas las personas mayores de 50 años están dispuestos a hacerlo.