Más de 51 mil adolescentes de entre 16 y 17 años estarán habilitados en la provincia para votar el próximo 26 de octubre. Desde la consultora Sociolítica revelan que la mayoría muestra poco interés y escaso conocimiento sobre el proceso electoral.

Adolescentes que votan por primera vez.

La Junta Electoral de Mendoza confirmó que 1.523.848 personas están habilitadas para votar en las próximas elecciones legislativas del 26 de octubre. Del total de este padrón, 51.637 son jóvenes de entre 16 y 17 años que podrán participar por primera vez de un proceso electoral.

El dato no es menor: representa una porción significativa de nuevos votantes en la provincia. Sin embargo, su nivel de involucramiento político es bajo. Así lo aseguró el director de la consultora SociolíticaRoberto Stahringer, quien analizó las características de este grupo etario y trazó un panorama preocupante sobre su participación.

“En líneas generales, si tenemos que empezar por un perfil, no están enterados de nada. No les interesa mucho la política y están bastante desorientados en cuanto a la decisión, sostuvo Stahringer.

Según el especialista, gran parte de los jóvenes no tiene conocimiento sobre los candidatos, las elecciones legislativas ni el sistema de boleta única que se implementará nuevamente en la provincia.

“Saben que el gobernador es Alfredo Cornejo y que el presidente es Javier Milei, pero no conocen a los postulantes. Tampoco muestran entusiasmo por participar, ya que el voto es optativo para ellos”, explicó.

Para el director de Sociolítica, quienes manifiestan intención de votar suelen hacerlo influenciados por su entorno familiar: “La mayoría define su voto de acuerdo a lo que diga el padre, la madre o los hermanos mayores”, agregó.

Un desafío para los encuestadores

Stahringer reconoció que la apatía política de este segmento es tan marcada que incluso dificulta su análisis estadístico: “Es casi una encuesta perdida. Muchos no saben si irán a votar, no tienen opinión o no responden. Es un fenómeno que atraviesa todos los estratos sociales.

En esa línea, el analista asegura que la distancia entre los jóvenes y la política responde a un cambio cultural más amplio.

“Es una generación que vive en otro universo, más vinculado al consumo y los contenidos culturales que a la vida cívica. Son los sujetos de la economía de la atención: dispersos, expuestos a múltiples estímulos y con bajo nivel de integración política”, explicó.

A contramano de lo que puede suponerse, pese a ser usuarios intensivos de redes, la política a través de esos canales tampoco logra captar su atención.

“Muy pocos consumen contenidos políticos y, si lo hacen, es en TikTok, donde un político tiene apenas tres segundos para captar su interés. Más allá de eso, no hay penetración real del mensaje político”, indicó Stahringer.

Pese a lo expuesto, el experto sostuvo que el bajo compromiso no debe analizarse solo desde el desinterés, sino también como un síntoma de época.

“No se trata de falta de valores, sino de una forma distinta de vincularse con la realidad. Son personas del presente, del corto plazo, y no asocian la política con sus condiciones de vida. Tal vez eso cambie cuando se integren al mundo laboral y perciban los efectos de las decisiones públicas”, explicó.

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