Lo informó desde sus redes sociales el vocero presidencial, quien este miércoles de manera sorpresiva y sin explicación decidió no dar su habitual conferencia de prensa. Había sido otorgada por Alberto Fernández en 2019.
El expresidente de BoliviaEvo Morales ya no cuenta con estatus de refugiado político en Argentina. Así lo confirmó este miércoles el vocero presidencial Manuel Adorni desde su cuenta de X.
“Se ha dado por finalizada la condición de refugiado de Juan Evo Morales Ayma. Fin”, indicó Adorni, quien esta mañana faltó de forma sorpresiva y sin justificación a su conferencia de prensa.
Morales se encontraba en el país con esta condición especial a raíz de una oferta que le hizo el expresidente Alberto Fernández a fines de 2019, tras el exilio en México, luego de haber renunciado a la presidencia de su país el 10 de noviembre de ese año, a raíz del golpe de Estado encabezado por Jeanine Áñez Chávez.
La razón por la que dimitió fue la profunda crisis política desatada tras las elecciones del 20 de octubre, en medio de denuncias de fraude de parte de la oposición y enfrentamientos en las calles.
Morales había convocado a nuevas elecciones, tras una auditoría de la OEA que detectó “irregularidades” en los comicios, pero su anuncio no conformó a los líderes opositores, que volvieron a exigir su renuncia en medio de profundas tensiones y ataques directos a casas de funcionarios.
En ese marco, Alberto Fernández le había otorgado la condición de refugiado político en el país para que pudiera estar junto a sus familiares, más cerca de su país y su espacio militante.
El comunicado del Ministerio de Justicia
Minutos después del anuncio de Adorni, el Ministerio deJusticia ratificó esta decisión a través de un comunicado en sus redes. Según indica, se hizo oficial el cese del “estatus de refugiado otorgado alexpresidente boliviano Juan Evo Morales Ayma“.
“Dicho beneficio fue utilizado indebidamente como herramienta política por el presidente Alberto Fernández, omitiendo el cumplimiento de los requisitos que establece la Ley Nº26.465″, consideró la cartera de Justicia.
En ese sentido, el Ministerio que conduce Mariano Cúneo Libarona consignó que Morales había llegado al país “tras huir de Bolivia en 2019 luego de intentar perpetuarse en el poder mediante un fraude electoral“.
Y sostuvo: “Fue recibido con privilegios injustificados, pese a las graves acusaciones que pesaban sobre él, entre ellas corrupción, fraude electoral y persecución política de opositores”.
Asimismo, el Ministerio remarcó que “desde entonces”, el exmandatario volvió a retomar su “liderazgo en la política boliviana” al indicar que actualmente es el país vecino, es gobernado por un dirigente de su partido político y que viajó “libremente a su país de origen”.
Para el Gobierno de La Libertad Avanza, estos gestos demostrarían “que no enfrenta los peligros que justifican la protección humanitaria del refugio“.
“El estatus de refugiado es un derecho que debe ser otorgado con seriedad, no como herramienta de conveniencia política. Este Gobierno de ninguna manera utilizará los recursos de los argentinos para proteger a criminales, terroristas o intento de dictadores. No ayudamos a quienes siembran el terror y atentan contra la democracia”, concluyó.
El apoyo multitudinario a Evo Morales en Bolivia
Morales se encuentra actualmente en Bolivia. Este lunes se movilizó hacia La Paz junto a una multitud que exige que sea habilitado como candidato para las elecciones de 2025, a pesar de contar con una prohibición constitucional.
La semana anterior, miles de seguidores de Evo iniciaron una marcha de 187 kilómetros por el altiplano boliviano guiados por el expresidente, y que según sus organizadores tiene el objetivo de “salvar Bolivia“, ya que consideran que el actual presidente, Luis Arce, tiene el país “hundido” en una crisis económica. En ese sentido, el mandatario boliviano calificó como un “golpe de Estado” en su contra la caminata que ya lleva siete días.
Los seguidores de Morales sostienen que es una marcha para “salvar a la patria” ante problemas como la escasez de dólares y combustible y el encarecimiento de algunos productos básicos, y también exigen que se respeten las resoluciones de un congreso del Movimiento al Socialismo (MAS) realizado el año pasado –no reconocido por el Tribunal Electoral– en el que definieron la candidatura de Morales.
Interna prolongada
Morales y Arce están distanciados desde finales de 2021, en una larga batalla por el control del MAS, a raíz de diferencias en la administración del Estado que se profundizaron ante la necesidad de renovar la dirección nacional del partido, aun en manos del expresidente, algo en lo que ambas facciones no han podido ponerse de acuerdo.
Morales, quien lidera el MAS desde hace 27 años, ya fue presidente de 2006 a 2019, año del golpe de Estado en su contra. En un referendo en 2016 la población había votado en contra de la doble reelección continua o discontinua. Morales ha insistido en su candidatura con el argumento de que ser reelecto era “un derecho humano”.
El exmandatario culpa a Arce, quien fue su ministro de Economía, de haberse vendido a la derecha, querer achicar el Estado y seguir la “fórmula del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional”.
Ambos sectores, por separado, han realizado congresos para cambiar la junta directiva. En uno de ellos, en 2023, los ‘evistas’ nombraron a Morales “candidato único“. El otro, en mayo de este año, fue encabezado por Arce, sin embargo, el Tribunal Electoral no ha aceptado ningún cónclave e insiste en que debe haber un consenso entre ambas facciones.