De acuerdo a las entidades reguladoras europeas, la compañía está favoreciendo sus propios servicios a través del motor de búsqueda.

La Comisión Europea advirtió el miércoles 19 de marzo que Alphabet, empresa matriz de Google, no está cumpliendo con las exigencias de la Ley de Mercados Digitales (DMA, por sus siglas en inglés), a pesar de haber implementado ciertos cambios en sus prácticas.
Según la investigación preliminar del organismo, el gigante tecnológico sigue favoreciendo sus propios servicios en los resultados de búsqueda y restringiendo la capacidad de los desarrolladores de aplicaciones para dirigir a los usuarios a opciones más económicas fuera de Google Play Store.
Estas prácticas podrían violar las normas de competencia de la UE, lo que podría derivar en sanciones para la empresa.
Uno de los principales hallazgos de la investigación es que Google prioriza sus propios servicios, como compras, reservas de hoteles, transporte y resultados o financieros, en su motor de búsqueda. Estos servicios aparecen en posiciones destacadas, con formatos visuales mejorados y filtros exclusivos. Una ventaja “desmedida” frente a los ofrecidos por terceros.
Además, la Comisión señaló que Google Play Store tampoco cumple con la DMA, ya que impide a los desarrolladores de aplicaciones dirigir a los usuarios hacia otras plataformas donde podrían encontrar mejores ofertas.
Estos hallazgos se basan en la investigación del organismo y en la retroalimentación de empresas afectadas durante talleres de consulta. Si Google no ajusta sus prácticas para cumplir con la normativa, podría enfrentarse a sanciones dentro del marco regulador de la UE.
Apple también quedó expuesto por parte de los reguladores europeos, quienes le exigieron convertir los iPhone e iPads más compatibles con la competencia.
¿Qué dijo Google sobre las conclusiones de la Comisión Europea?
Google rechazó las conclusiones de la Comisión Europea y advierte que los cambios exigidos por la Ley de Mercados Digitales podrían perjudicar a los consumidores y las empresas en Europa. En un comunicado publicado en su blog corporativo, la compañía argumentó que las restricciones impuestas a su buscador y a Google Play Store podrían generar efectos negativos.
Desde la perspectiva del gigante tecnológico, limitar la forma en que se muestran ciertos resultados de búsqueda haría más difícil para los usuarios encontrar la información que buscan y reduciría el tráfico para negocios europeos.
La empresa sostuvo que, por ejemplo, si ya no puede mostrar enlaces directos a sitios web de aerolíneas, los consumidores terminarán pagando más por sus boletos debido a las comisiones que los intermediarios cobran a las aerolíneas. Según sus estimaciones, las empresas europeas han perdido hasta un 30 % de tráfico web debido a los cambios ya implementados en cumplimiento de la DMA.
En cuanto a Google Play Store, la compañía explicó que permitir a los desarrolladores dirigir a los usuarios a opciones externas podría aumentar los riesgos de malware y fraude. Afirma que Android, a diferencia de iOS, permite la distribución libre de aplicaciones, lo que brinda más opciones a los usuarios, pero también requiere medidas de seguridad para evitar enlaces fraudulentos.
Google advirtió que las exigencias los obligan a elegir entre mantener un ecosistema seguro o abrirlo de una manera que podría poner en riesgo a los usuarios.
Al igual que Apple, seguirá colaborando con la Comisión y cumpliendo con la normativa, pero considera que la aplicación de la DMA está teniendo el efecto contrario al esperado: en lugar de fomentar la competencia, estaría perjudicando tanto a empresas como a consumidores en Europa.
Posibles tensiones entre Estados Unidos y Europa
La Ley de Mercados Digitales forma parte de los esfuerzos de la Unión Europea por regular a los gigantes tecnológicos, muchos de los cuales son empresas estadounidenses como Google, Apple, Amazon, Meta y Microsoft. Sin embargo, estas medidas están gestando fricciones con Estados Unidos, que considera que la regulación europea afecta desproporcionadamente a sus compañías.
La administración Trump ya advirtió a la UE sobre el riesgo de una regulación excesiva y, el mes pasado, emitió una directiva en la que amenazó con imponer aranceles a Europa en represalia por lo que llamó “extorsión extranjera” contra las empresas tecnológicas estadounidenses.
En respuesta, la UE habría considerado activar un nuevo instrumento “anticoerción”, que le permitiría tomar medidas contra cualquier intento de presión económica sobre sus Estados miembros.