La inflación castiga más a los indigentes, ya que la Canasta Alimentaria aumentó más del 300% en un año.

Las carnes son algunos de los alimentos que fueron a parar al freezer.

La vara que mide la pobreza y la indigencia en Mendoza están cada vez más altas. Una familia mendocina tiene que reunir ingresos por 633.673 pesos para no ser pobres, en febrero. En el mismo día, se supo que la inflación interanual en la provincia ya es del 279% y sólo los alimentos son un 300% más caros que en el mismo mes del año pasado.

La cifra, que ya en enero superó el medio millón de pesos, surge del estudio mensual que hace la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia sobre un grupo integrado por un jefe de hogar de 35 años, su pareja de 32 años y dos hijos, una nena de 8 y un nene de 5.

En tanto, para no ser indigente, ese mismo grupo familiar tuvo que contar con 256.135 pesos para el segundo mes del año.

La Canasta Básica Total, que sirve para medir la pobreza, tuvo un incremento del 14,8% entre enero y febrero. La foto interanual muestra una inflación del 285%.

En tanto, la Canasta Básica Alimentaria, que mide el nivel de indigencia, tuvo un aumento del 13,4%. En un año, la inflación impactó en la CBA en un 303%.

Como se observa, la inflación golpea a los indigentes y, sobre todo, en lo poco que pueden procurarse para subsistir día a día: los alimentos, ya que la inflación anual en este rubro es similar al dato de la indigencia.

Los datos se conocen el mismo día que se publicó el Índice de Precios al Consumidor en Mendoza, es decir, la inflación local, que llegó al 12,2%, con subas en Vivienda y Servicios Básicos y el Transporte y las comunicaciones.

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