Durante Ramadán, miles de familias pobres del Yemen se alimentan en las tradicionales cocinas caritativas populares, lo que supone un alivio temporal a la hambruna, una situación que regresará al término del mes sagrado y que pone en evidencia la inseguridad alimentaria en el país árabe. En Saná, capital del país controlada por los rebeldes chiíes hutíes, Muhammad al Matbaai reconoce que la única comida que recibe de una cocina benéfica no es suficiente, pero con una sonrisa dijo igualmente: “Está bien”.

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